La ruta perfecta. Tras alquilar el barco, partimos desde la isla de Ibiza. Dejamos atrás el bullicio del puerto de la ciudad. Por delante 11 preciosas millas de puerto a puerto. Disfrutamos de cada una de ellas.
Arribamos a s’Espalmador. Aprovechamos para un baño y pasear por la bellísima playa. De nuevo en el barco recorremos la increíble costa de Illetes, bellísima!
El paso entre la pequeña isla de s’Espalmador y Formentera merece capítulo a parte…. Cada uno de los 69 kilómetros de la costa merecen un largo “woow”, una foto, una sonrisa… Paramos para bañarnos y hacer hambre. Aperitivo en alguno de los chiringuitos de la costa como el famoso Pirata. Comeremos en es Molí de Sal o en Juan y Andrea o…. Lo decidimos por el camino, sí que sabemos que pediremos ensalada de “peix sec” y fresquísimo pescado.
Descansamos en el solárium del barco, la música suena de fondo, embelesados por los increíbles paisajes que nos deja la travesía. De nuevo en ruta: navegamos rumbo a cala Saona a tan solo 15 minutos de Illetas, donde fondeamos. Sus aguas cristalinas son un irresistible canto de sirenas. Y nos sumergimos sin pensárnoslo. Baño desde el barco, sin muchedumbres, gozando de nuestro pequeño edén.
Durante la tarde, un poco de deporte con el wakeboard o donut. Atrevimiento y muchas risas. No dejamos de hacer snorkel en los límpidos fondos de la isla turquesa. Cae la tarde en la bella Formentera. Volvemos a Ibiza con la sensación de saber de qué materia está hecho el paraíso.