Rutas en Barco por Ibiza: Ibiza de Norte a Sur I

Rutas en Barco por Ibiza: Ibiza de Norte a Sur I

1. Cala Portinatx


Situada entre la punta Marés y punta Galera, la Cala Portinatx es célebre para nativos y visitantes. Es una parada casi obligada en las excursiones en barco para rodear la isla, por lo que suele estar bastante concurrida. Ofrece espléndidas panorámicas, fondos muy nítidos y amplia gama de servicios para estibar.  Su ensenada principal es espaciosa con fondos de alga y sonda de 8 metros. No obstante, si se levanta viento de tramuntana (de componente norte) no es recomendable el fondeo, pues es una cala bastante expuesta y por las características del fondo el ancla no queda  muy firme.

2. Cala Benirras


La cala Benirrás cambia según el día que elijas para visitarla. En general tranquila y familiar, recogida y rodeada de colinas cubiertas de vegetación mediterránea, el domingo cambia su semblante para albergar centenares de personas, que acuden a despedirse del sol con sus tambores.
Es una cala pequeña con mucho encanto, de aguas mansas estupendas para hacer snorkel o buceo. Los fondos de arena, con sondas de 6 a 12 metros permiten a los barcos echar el ancla en el horizonte, junto a la vista de Cap Bernat, el puntiagudo islote que hizo tan famosas las puestas de sol de esta cala, una de las mejores de la isla.
La popular reunión de tambores es una experiencia única, convertida en tradición para muchos residentes. Aquí vivirás el lado más hippy de la isla, dejándote embrujar por los sonidos tribales al atardecer. Reserva unas botellas de champagne o vino para la ocasión y túmbate a disfrutar de un domingo perfecto, sin masificación y sin agobios a bordo de uno de nuestros barcos.
Además, los alrededores ofrecen una magnífica oferta para hacer excursiones como la torre defensiva de Balanzat o las cercanas cuevas de Can Marçà.

3. Es Portixol


Esta es una cala solo accesible por mar. Muy cerrada, ofrece un maravilloso abrigo cuando el mar está en calma. Lamentablemente solo es apta para embarcaciones de poco calado, ya que se debe fondear a 5m de sonda en arena y roca. Además, si el mar está embravecido las olas chocan con fuerza contra el acantilado, haciéndose desagradable la navegación y la estancia. Bellísima y poco frecuentada, llegar a ella es como encontrar un oasis. A su alrededor, en la costa, todo son acantilados y en su seno las laderas que la envuelven y casi la aíslan, son frondosas y elevadas. Las faldas de las laderas salpicadas de casetas de pescadores son las únicas construcciones que se pueden apreciar.

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